miércoles, 20 de enero de 2016

LA GRANJA DE LOS POLLITOS DE IBSEN

Levanta al alba, y con ella el perfume de pan recién hecho y café, los animales se desperezan en los corrales esperando la hierba fresca, mezclada con tierra y rocío.

La cuadra huele a estiércol y calor, el gallinero se llena de actividad frenética, los gatos buscan los rescoldos reavivados en el hogar, el establo emana aromas de leche recién ordeñada.

Cuando una casa se cierra y se abandona, la habitan siempre los olores de lo que fué, que son los últimos que se aferran al recuerdo.

En el momento en que ellos desaparecen no queda nada, ni la posibilidad de ser recuperada.






















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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.

No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.