Esta entrada quizá no tenga cabida en un blog de lugares abandonados, espero que no, tengo confianza en que no, pero albergo una duda bastante razonable al respecto, aunque quisiera equivocarme. Nace con la única intención de hacer un reconocimiento a la obra de un artesano silencioso, absolutamente autodidacta y que sin embargo trabaja dentro de los límites de la genialidad, aunque ni lo sepa ni le importe.
Este sitio representa, de manera elocuente, la lucha sigilosa de un hombre comprometido con un proyecto vital que se ha convertido, muy probablemente, en una de las creaciones más asombrosas jamás ideadas.
Su artífice, diminuto y aparentemente frágil cumplió en septiembre pasado 91 años y, de momento, no parece que nadie vaya a ocupar su lugar, por lo que el futuro de esta fascinante obra se presenta bastante incierto.
Justo Gallego Martínez nace en Mejorada del Campo en Septiembre de 1925. Siendo muy joven siente una intensa vocación hacia la vida contemplativa y el misticismo e ingresa en el monasterio Soriano de Santa María de Huerta con 27 años. Poco después, al enfermar de tuberculosis, ha de abandonar la comunidad monacal. A su regreso su ascetismo se había exacerbado y es mirado con preocupación por el resto de la congregación, los ayunos extremos, las intensas jornadas de trabajo físico y un ascetismo desmesurado no terminan de encajar en la calmada vida contemplativa y acaba siendo invitado a marcharse, ya que se temía por su salud física y mental.
La salida del convento supuso una profunda crisis personal, a su vuelta a Mejorada se aísla completamente, únicamente sale de casa para ir a misa, rompe prácticamente la relación con familia y amigos, y sigue firmemente decidido a seguir adelante con su vocación y a cumplir los votos que había profesado. Experimenta una intensa catarsis personal y, finalmente, halla el modo de dar sentido a su vida. De este modo emprende, en el año 1961, la asombrosa tarea de levantar un templo, a la virgen del pilar, en unos terrenos de labranza propiedad de su familia.
Sin planos, sin proyecto técnico, sin formación ni oficio relacionados con la construcción valiéndose del patrimonio familiar, vendiendo o regalando todas las tierras y gracias a donaciones privadas y a inmensas jornadas de trabajo en solitario sin descanso, en muchas ocasiones desde la madrugada y de lunes a domingo, ha conseguido alzar un edificio de dimensiones asombrosas, a semejanza de una gran catedral católica.
No es exactamente una catedral ya que no ha sido consagrada ni es sede episcopal, ni la diócesis de Alcalá, a la que debería pertenecer, quiere saber nada de ella, a pesar de que Justo ya intentó en su momento los trámites para cederla a la autoridad eclesiástica para que se ocupara de ella tras su fallecimiento, sin resultados, a día de hoy. Veremos que sucede cuando vean la posibilidad de rendimiento económico, una vez que esté terminada.
El edificio ocupa un terreno de 4.740 metros cuadrados valorado en 1.170.000 euros. Mide unos 40 metros de altura calculados desde el nivel de cota de la planta baja hasta la altura de coronación de la cúpula. Cuenta con todos los elementos de una catedral de culto católico: cripta, claustro, baptisterio y anexos.
El templo es de planta basilical clásica, con tres naves, siendo la central más ancha que las laterales y cubiertas las tres por bóvedas de medio cañón. Sobre las naves laterales existe un triforio y a los piés una tribuna, posiblemente para albergar un coro. La cabecera consta de ábside central y dos pequeños absidiolos laterales. El crucero se cierra con una cúpula de compleja estructura metálica, alzada sobre tambor, con linterna superior, que descansa sobre pechinas. En el Exterior se adosan al cuerpo del templo, a modo de contrafuertes, 8 torres de planta circular y dos torres más, de mayores dimensiones, de unos 60 metros de altura, a ambos lados de la fachada.
El baptisterio se sitúa a los pies de la iglesia, en el lado de la epístola, es de planta circular y se sustenta sobre sendas columnatas sobrepuestas. El claustro es de planta más o menos cuadrada y doble altura, y da acceso desde una de las naves laterales del templo a varias dependencias anexas.
Cuenta con cripta, ubicada debajo de la basílica, curiosamente, y por razones de seguridad, el techo de la cripta, que coincide lógicamente con el suelo del templo se ha hecho dos veces. En la primera de ellas Justo no queda totalmente convencido de la estabilidad estructural y decide tirarla abajo y rehacerla de nuevo.
Todo el conjunto está en una especie de limbo legal, ya que carece de proyecto técnico y licencia de obras. Las autoridades del municipio llevan años haciendo la vista gorda, en parte por afecto y en parte porque nunca pensaron que el proyecto podría llegar a materializarse. Por ello, a día de hoy, la construcción es ilegal, se mire desde donde se mire. No ha sido supervisada en ningún momento por ningún técnico, no cuenta con ninguna medida de seguridad ni, por supuesto, seguro de accidentes, de hecho, la visita debería estar prohibida, nada impide que se produzca un percance, o que alguien caiga al vacío desde los niveles superiores, cada uno es responsable de su propia integridad, como reza un cartel a la entrada. Sin embargo no ha pasado nunca nada, no se garantiza que la edificación no se vaya a derrumbar, pero el hecho es que es asombrosamente sólida y firme y ya ha resistido, sin inmutarse, dos seismos.
El estilo es realmente ecléctico, parece el resultado anárquico de una simbiosis particular entre el románico más depurado y las formas sorprendentes e intrincadas de Antoni Gaudí, no sé que diría un crítico, pero la relación es más que evidente. Ciertamente el autor se inspiró y se formó a su manera y dentro de sus posibilidades, con libros de arte e historia, ya que la guerra sesgó sus años de formación primaria y ya no pudo regresar a la escuela.
Los primeros materiales fueron donados por una empresa de construcción del pueblo, materiales defectuosos, pasados de horno, deformados, materiales reciclados, desechados por empresas de todo tipo y pequeñas donaciones particulares.
Bidones de gasolina y botes de pintura hacen las veces de molde para los encofrados, la mayor parte de las columnas y arcadas se hicieron gracias a cientos de muelles metálicos descartados por una empresa cercana, chapas viejas, cables, alambres retorcidos, materiales de desguace, botes de conserva, hierros de obra recogidos del vertedero. Todo ello unido en un complicado encaje perfectamente calculado.
Progresivamente fue vendiendo todo su patrimonio familiar para comprar materiales y contratar puntualmente algún peón para los trabajos más comprometidos, regaló tierras a los sobrinos a cambio de horas de faena, y recibe ayudas, aunque muy esporádicas, de estudiantes y algunas personas fascinadas por su obra.
No se ha utilizado maquinaria pesada, los orificios para la cimentación se hicieron a mano, únicamente para cimentar las dos torres de la entrada principal se usó una retro. Se usan ruedas de bicicleta como polea y herramienta de mano. Es una obra silenciosa y acogedora que siempre está abierta de par en par, solo se pide respeto y, sobre todo, no molestar demasiado, ya que trabajo y contemplación mística van de la mano en este lugar.
Hace unos años, gracias a la publicidad de una conocida marca de refrescos, la catedral de Justo pasa a ser conocida en todo el mundo, el propio Norman Foster visita las obras y queda absolutamente impresionado, el MOMA de Nueva York le dedica una exposición, y las donaciones privadas permiten que se recauden más de 300.000 euros, que suponen un gran impulso a las obras, ya que el patrimonio familiar estaba totalmente liquidado.
El futuro se presenta complicado, Justo está cansado, aunque mantiene la ilusión inicial, sabe que no verá terminada su obra. Desde hace unos años recibe la ayuda incondicional de Ángel López, un albañil que se ha convertido en su ángel de la guarda, vive en un anexo a la catedral, apenas sale, trabaja sin descanso. Pero los recursos de que dispone hacen que la obra evolucione tranquila, sin prisa y con la incertidumbre de un futuro sin resolver.
La implacable burocracia puede acabar con este ejemplo de que un solo hombre puede hacer cosas maravillosas, como decía el spot publicitario. Si se aplicase estrictamente la legalidad habría cerrar los accesos, prohibir las visitas y tirarla abajo. En el ayuntamiento saben que Mejorada es conocido en todo el mundo gracias a la Catedral de Justo, aunque afirman que no son capaces de dar solución al asunto y, por supuesto, nadie quiere hacerse responsable, ni mucho menos asumir la decisión de aplicar la normativa correspondiente. Por otra parte El Vicario General de la diócesis de Alcalá tampoco se responsabiliza, porque afirma que no quieren ser los que la tiren abajo, ni están en condiciones de pagar el seguro, a pesar de esto Justo ha hecho testamento en favor de la iglesia.
El tiempo pasa inexorable y el problema no se resuelve, en el pueblo todos temen que cuando falte Justo lo derribarán y pasará a ser una leyenda, aunque cuando recuerdan que Gaudí también edificó sin licencia la Sagrada Familia parece que aún queda algo de esperanza.
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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.
No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.