El Memorial Interallié es
un monumento construido, después de la Primera Guerra Mundial, en Lieja, está integrado
por la iglesia del Sacré-Cœur, como edificio religioso y una torre, como
monumento civil.
Lieja fué la primera ciudad que se opuso de manera
efectiva a los invasores en 1914, por ello fue elegida, en 1925, por la Fédération
Internationale des Anciens Combattants, como lugar para la construcción
d'un monument interallié, financiado por suscripcciones públicas y privadas, procedentes
de los países aliados integrantes de la Entente Cordiale franco-británica de 1904, en la Gran
Guerra.
Su diseño fue confiado al
arquitecto José Smolderen Amberes y los trabajos se inician en septiembre de
1928 en el cerro de Cointe, en lo que entonces eran las afueras de la ciudad. El
lugar era emblemático, ya que la gran basílica y la torre se divisaban desde
cualquier rincón de Lieja.
El edificio eclesiástico
fue el primero en ser terminado y es bendecido, y consagrado al Sagrado Corazón,
en 1936. El monumento civil, fue inaugurado 20 de julio 1937 en presencia del
rey Leopoldo III. El sitio de Cointe asocia un reconocimiento civil y religioso
y constituye un símbolo del homenaje colectivo de los aliados, de 1914 a 1918,
en Bélgica.
El Estado belga, se convierte
en propietario de la torre en 1949, tras haber sido seriamente dañada por los bombardeos
aéreos de la Segunda Guerra Mundial. En 1962 se inician las obras de
restauración, que son completadas en 1968.
Depués de 1985, torre e
iglesia fueron abiertos al público, pero sólo en ciertas ocasiones. La iglesia
fue desacralizada y vendida a finales de 2010, y catalogada después, a
principios de 2011, dentro de la lista de Patrimonio protegido de Valonia.
En la actualidad la torre
continúa siendo patrimonio del estado y se encuentra en uso, pero la iglesia,
aunque cerrada, permanece en estado de abandono, habitada por cientos de palomas y otros inquilinos indefinidos que han hecho de su interior un ecosistema perfecto.
No tengo datos sobre el graffiti que cubre las paredes exteriores de la basílica, pero es magnífico, evocador y libre.
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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.
No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.