El Puerto de Navacerrada,
situado a 1.858 metros de altitud, fue un paso abierto en el año 1788, con el
objeto de sustituir al puerto de la Fuenfría, de menor altitud, pero accesible con
mayor pendiente en el lado madrileño.
A partir de la segunda
mitad del siglo XIX, el Puerto de Navacerrada, fué un lugar clave para el estudio científico de la sierra
de Guadarrama, por parte de geólogos y centros educativos, como la Institución
Libre de Enseñanza, cuyos miembros fueron integrantes, y promotores, de los dos
clubes de alpinismo icónicos e históricos de la sierra de Guadarrama, Alpino y Peñalara. Muestra
reconocida de esta etapa es la monumental, y muy conocida, fuente de los
Geólogos.
Birger Sörensen
(1877-1910) fue un noruego, nacido en Fredriskstad que vino a Madrid para
hacerse cargo de la empresa familiar, la Compañía de Maderas Sörensen Jakhelin
y CIA. Sörensen acudía con frecuencia a Rascafría, para supervisar los trabajos
de la Sociedad Belga de los Pinares del Paular, que nutría de madera a su
compañía. Siguiendo la tradición de su país natal solía esquiar con tablas que
él mismo construyó. De hecho, en su honor, se dio después nombre a una de las
rutas más bellas de la Sierra del Guadarrama, la Senda del Noruego.
Esquiando en aquellas
solitarias montañas, Sörensen se encontró con un grupo de jóvenes entusiastas
casi todos provenientes del entorno de la institución Libre de Enseñanza,
capitaneados por Manuel Bartolomé Cossío y entre los que se
encontraba Manuel González de Amezúa. Pronto entablaron una
relación que les permitió iniciarse en el esquí y el montañismo.
En 1903 Manuel
González de Amezúa funda un club para practicar el alpinismo y el esquí
junto a otros diecinueve amigos, al que llamaron Twenty Club. Construyeron una
cabaña en El Ventorrillo y en 1908 pasaron a fundar el Club Alpino Español, con sede en el puerto de
Navacerrada.
Refugio del Ventorrillo, sede del Twenty Club.
Años después, en 1913, tras una escisión en el club alpino, nace la Real Sociedad Española de Alpinismo Doce Amigos, dos años después se llamaría Club Peñalara, integrada por una docena de adelantados a su época, amantes de la
naturaleza y enamorados de la sierra de Guadarrama, en concreto, un profesor
naturalista, un estudiante de Derecho, un profesor de Mercantil, dos
astrónomos, un tipógrafo, cuatro funcionarios y dos poetas, bajo la presidencia
de Constancio Bernaldo de Quirós.
Puerto de Navacerrada, primera sede del Club Alpino Español.
En la actualidad, el refugio del Club Alpino Guadarrama es un edificio, en estado ruinoso, que se ubica sobre suelo forestal público de
propiedad compartida entre los ayuntamientos de Cercedilla y Navacerrada, abandonado desde 2002.
El
inmueble iba a ser demolido para restaurar los terrenos y recuperar calidad
ambiental. Sin embargo, el 19 de mayo de 2010, estando de visita, la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre en el puerto de Navacerrada, paralizó el derribo y decidió que el
edificio se destinaría a hotel de lujo con spa. Eso bastó para que toda la
maquinaria administrativa, al margen de si la propuesta era oportuna, legal o
factible, se pusiera a disposición de los deseos presidenciales.
A finales de
2010, la Dirección General de Medio Ambiente, al frente de la cual estaba el
actual secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y los
ayuntamientos de Cercedilla y Navacerrada adjudicaron el proyecto a la empresa
Innergia S.L.
La actuación consistía en transformar el albergue en un hotel de 25
habitaciones con un balneario-spa, un restaurante, una cafetería y salones
multiusos. Lo primero que denunciaron ecologistas en acción es que la actividad de la empresa promotora nada
tiene que ver con la hostelería, al tratarse de un gabinete de ingeniería
aplicada dedicada a instalaciones energéticas.
Es decir, una empresa sin experiencia en hostelería
pretende sacar adelante un negocio, cuya viabilidad económica se desconoce,
enclavada en un entorno donde las actividades similares que existen pasan por
un momento muy crítico (hoteles, residencias, albergues, etc). Además, ni siquiera se valora la repercusión que
podría tener este nuevo negocio sobre los establecimientos ya existentes.
Por otra parte, esta misma asociación indica que a pesar de que se adjudicó a
finales de 2010, es ahora cuando la Dirección General de Medio Ambiente ha
sacado el proyecto a concurrencia pública, para que empresas interesadas opten
por el proyecto. Evidentemente el proceso sólo pretende dar la apariencia de
legalidad, porque lleva adjudicado desde hace más de un año.
Respecto al impacto
ambiental, el cambio de uso de un albergue en hotel de lujo exigía unos
requerimientos específicos cuya repercusión en el medio natural no se llegó a valorar. Por ejemplo el consumo de agua es muy importante, máxime cuando se
pretende albergar un balneario-spa. Todo ello en el puerto de Navacerra, a
1.800 m de altitud, donde los recursos hídricos se reducen a manantiales
naturales de montaña cuya capacidad de abastecimiento es limitada.
Fuentes: www.elfarodelguadarrama.com;
www.ecologistasenaccion.es; www.clubalpe.com
De momento no se ha hecho nada con el edificio, y el estado de absoluta ruina en el que se encuentra hace inviable, a día de hoy, su recuperación.
Pues ojalá más gente supiera, o pensara porqué éstas construcciones no son sólo admirables y necesarias, y que cuando carecen de protección son asimiladas por los pderes fácticos de la comunidad sin pensar en los descendientes asociados que I tengan revivirlo o en la naturaleza del entorno.
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