Masía abandonada a la
orilla de la playa, con pista de frontón y una piscina de dimensiones
descomunales, lo que indica que quienes la mandaron construir no pensaron tener
problemas para cerrar el mes con superávit.
Lo más sorprendente es la
solidez de la construcción, incluso tras años de abandono, la estructura no
tiene una sola grieta y las cubiertas están en perfecto estado, cualquier agencia
inmobiliaria de ambiguo prestigio diría que para entrar a vivir.
Desde puertas y ventanas
de mobila, prácticamente intactas, se ve la montaña, no muy lejos, y se oye el
mar a través de los inexistentes cristales que evidencian la ausencia de
moradores en su interior. Rodeada de maleza y gaviotas, de olor a sal y resina.
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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.
No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.