domingo, 3 de julio de 2016

CIEN DOCENAS



Resulta curioso que, a veces o incluso frecuentemente, nos volvemos locos buscando algo que tenemos justo delante de nuestros propios ojos, pasamos cientos de veces y sigue ahí, pero no hay manera de que lo veamos.

Cuando salgo de viaje me paso el camino buscando lugares que pudieran estar abandonados, olvidados, deshabitados, perdidos, y justo en mi propio pueblo, delante de mis ojos, en una carretera por la que paso todos los días, claramente sin mirar me encuentro esta curiosa construcción.

Se trata de un gallinero o un palomar gigante, rodeado de instalaciones que pertenecieron a una explotación agropecuaria. La verdad es que nunca me he tropezado con un gallinero de estas dimensiones, podría albergar en su momento miles de gallinas, gallos, pollitos y supongo que demás familia y allegados. La duda entre gallinero o palomar es debido a la altura del edificio y a mi ignorancia sobre si las gallinas vuelan tan alto, sospecho que no.

Es una edificación de una altura correspondiente a tres o cuatro pisos, en cuyo interior se disponen en hiladas huecos que corresponderían a una gallina o a una paloma cada uno. En sentido longitudinal y encajados en la estructura del propio edificio se sitúan tablones que servirían para acceder a las partes superiores trepando por las oquedades de las paredes o ayudados por algún tipo de escalera.

En una de las paredes se lee la fecha de construcción, el año 1959. Desconozco el año de cierre y el motivo o los motivos, crisis, fluctuaciones del mercado, o el hecho de que exista una macroexplotación cercana de similares características.




























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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.

No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.