miércoles, 18 de abril de 2018

SACELLUM DESERTA IN VALLE


Las ruinas de esta solitaria ermita son los restos de la antigua iglesia parroquial de la desaparecida población de Caracena.

Construida en mampostería, se levantó a finales del siglo XII o principios XIII una pequeña iglesia de una sola nave y ábside semicircular, con cubiertas de madera y una pequeña portada abierta en el muro meridional. Un templo de reducidas dimensiones que durante el siglo XVI estuvo bajo la advocación de Santo Domingo.

Más tarde, a lo largo de los siglos XVII Y XVIII, el edificio fue sufriendo modificaciones, entre ellas la construcción de un cuerpo, a modo de sacristía, adosado al muro sur, justo en el tramo del presbiterio, y un pequeño campanario sobre el muro norte. En este muro actualmente se pueden contemplar dos puertas adinteladas de época bastante reciente.

La nueva organización agraria del termino donde se ubica Caracena, entre otras causas, provocó el abandono de esta población, y por tanto, de su templo parroquial, hasta llegar al estado de abandono y ruina en el que actualmente se encuentra. De este modo, entre hierbas y matojos, hoy en día sólo se pueden apreciar algunos restos de la primitiva iglesia de origen románico. Tal es el caso del ábside semicircular que todavía conserva una pequeña ventana saetera, hoy cegada, y algún resto de la primitiva cornisa de piedra, con sus correspondiente dos retallos distanciados por el exterior. Ya en el interior, un gran arco, ligeramente apuntado y de doble rosca, diferencia los dos espacios.

Visto desde la cabecera de la ermita, el anterior arco que separaba la nave de la cabecera es un arco doblado apuntado formado por dovelas que apoyan en impostas lisas biseladas y jambas lisas, soportado por una columna a cada lado. Cada columna está compuesta por ábaco liso, capitel decorado con representación vegetal de capullos y volutas en las esquinas, rematado por un collarino. El fuste cilíndrico liso de la columna se sostiene sobre basa cuyo toro inferior porta en sus ángulos garras o lengüetas que descansan sobre las esquinas del plinto, estando éste apoyado a su vez sobre un podio.

El interior del ábside presenta todavía la forma de su bóveda de cascarón, aunque se aprecia la remodelación realizada en época barroca. La cornisa de piedra donde se apoya el alero tiene perfil de nacela, quedando sustentada mediante canecillos en forma de proa de nave.

En su lado norte se observa como el presbiterio queda exteriormente separado del ábside mediante esquinas resaltadas de sillería, conservándose algún que otro can de similar diseño, con una ventana que fue transformada con posterioridad. En el lado sur del muro absidal se abre otra ventana abocinada de sillería con arco de medio punto.




































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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.

No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.