Desde finales del Siglo XIX
el Patronato Nacional Antituberculoso construyó, a lo largo de la geografía
española, varios sanatorios aislados de los núcleos urbanos para tratar algunas
de las graves enfermedades que estaban asolando a la población civil como la tuberculosis,
la lepra, la polio, la fibrosis o el cáncer de
pulmón.
La tuberculosis fue,
hasta los años 50 del siglo XX, momento en el que se consiguen fármacos
eficaces para su tratamiento, una causa importante de mortalidad en todos los
países industrializados. Desde comienzos del siglo XX se observa una tendencia
descendente en la enfermedad gracias a la mejora de las condiciones de vida,
sin embargo aún no se dispone de fármacos útiles para la quimioprofilaxis, por
lo que el único objetivo viable es, en este momento, la mejora de la higiene
pública y de la calidad de vida de los enfermos.
Los Sanatorios
antituberculosos tenían una triple función: curativa, profiláctica y educadora.
Se aislaba a los enfermos para evitar contagios entre la población, se les
daban ciertas pautas para conseguir la remisión de la enfermedad y/o evitar
recaídas y se seguía un tratamiento de curas pasivas de reposo complementadas
con una buena alimentación y aire sano.
Alrededor de 1920 se van
generalizando las curas de colapsoterapia que logran mantener la lesión
pulmonar en reposo introduciendo aire en la cámara pleural. Posteriormente se
aplicó la toracoplastia que, a pesar de ser bastante agresiva, logró curar a
numerosos pacientes.
Hasta el descubrimiento
de la penicilina y la estreptomicina el aire frío y seco
era el mejor alivio para esta enfermedad, por ello en la Sierra de Guadarrama
se ubicaron varios hospitales antituberculosos.
El del Santo Ángel de la
Guarda, conocido también como La Barranca es el único que, aunque en muy mal
estado, todavía queda en pié. Ello se debe a que, hasta el año 1995, funcionó
como hospital psiquiátrico.
La construcción,
siguiendo el patrón de la Arquitectura sanitaria de la época, se
dispuso en dos grandes alas principales con algunos edificios anexos, un
edificio de recepción y sótanos. Tiene cinco plantas de unos 3.000 metros
cuadrados cada una. Hoy en día se conserva intacta la estructura, aunque los tabiques interiores han sido derribados. Es una gran
construcción de hormigón armado y cubiertas de pizarra.
La fachada posterior da a
un patio que comunica con una segunda edificación sanitaria y los edificios
auxiliares del generador y otros de mantenimiento.
Los interiores han
perdido cualquier indicio que refleje el uso anterior del edificio, están
llenos de basura y escombro y todos los elementos metálicos y cualquier otro
han sido robados. Se dice que en el sótano quedan restos de las calderas, pero no
pudimos acceder porque algún friki debía haber hecho algún tipo de ritual y el
olor a animal muerto y moscas eran memorables.
Las leyendas en torno a este
famoso edificio, como en cualquier hospital abandonado sobre todo si ha sido
psiquiátrico, son numerosas. Se cuenta que en épocas pretéritas varias personas
se suicidaron en el lugar, y no son pocos los testimonios que afirman ver
figuras allí, niños correteando por los pasillos, ancianas de blancas
vestiduras, espectros que se aparecen en mitad de la noche, aires fríos,
portazos en puertas que no existen y ni se sabe que otras fantasías. Por eso es
un lugar muy visitado por los amantes de las manifestaciones paranormales,
aunque el día que estuvimos nosotros por allí debían estar todos los fantasmas
ausentes porque ni pío dijeron, a parte del incesante y atronador zumbido de
las moscas en los sótanos.
Desde luego impresionan
las dimensiones del edificio y el sitio espectacular en el que está ubicado,
pero aparecidos ni uno.
Por lo demás, pido
disculpas por la mala calidad de las fotos,
fueron hechas con una compacta y
sin trípode…
Dónde está o estaba ubicado?
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