El teatrillo de Lina Odena está situado en una pequeña colonia agrícola, muy próspera en su momento, pero hoy casi deshabitada. Construído a finales del siglo XIX, al igual que el resto de los edificios de la colonia, es abandonado hacia la década de los cuarenta del siglo pasado.
Es un pequeño edificio de planta cuadrada, estructurado a la italiana, con un amplio escenario con embocadura en concha, adornado con molduras y con accesos a bambalinas en ambos lados.
Contaba con un acceso principal orientado al este, sobre el que está la única ventana del edificio, y una puerta lateral en el muro oeste, junto a la que se sitúa la taquilla.
Sobre el escenario se encontraba la caja, a fin de mejorar la acústica y para ubicar la maquinaria de la tramoya. Bajo lo que eran las tablas, hoy perdidas, se situan el foso y varios escotillones para hacer aparecer o desaparecer elementos de la representación.
Alrededor de la platea se levanta el palco. En el centro de éste, coincidiendo con el vano, se sitúa el coro donde se colocaba la orquesta. En los muros norte y sur, a la altura de los palcos, se idearon 16 vasos acústicos, 8 por flanco, que servían para mejorar la acústica y evitar el rebote de sonido y ecos.
La cubierta del patio de butacas está formada por vigas de madera y una estructura metálica, al estilo novecentista.
La decoración interior representa una serie de escenas cotidianas de la propia colonia y los retratos de cinco personajes ilustres, así como molduras y una cenefa floral que rodea el recinto. En el centro, sobre el coro, se halla el retrato de Miguel de Cervantes, y en los laterales se encuentran los de Manuel Linares Rivas, Jacinto Benavente, Ruperto Chapí y otro artista no identificado.
En la actualidad el estado del edificio es pésimo, presenta graves daños estructurales, y un serio riesgo de desplome de la cubierta, toda la parte de bambalinas, escenario y toda la maquinaria de la escena se han perdido. La única intervención que se realizó en su momento fué bloquear los accesos, pero ninguna consolidación ni rehabilitación, todavía se encuentra en una situación en que la intervención sería bastante factible, esperemos que no llegue a un punto de no retorno.
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Por otra parte, tengo intención de conservar los lugares que visito en el mejor estado posible y durante el mayor tiempo posible, por ello no doy localizaciones, a parte de los sitios muy conocidos, y por ello muy vandalizados, cuya ubicación ya cito en los textos.
No saqueo, no robo, por supuesto respeto las cerraduras que están cerradas, no rompo cosas, paso por el sitio dejándolo intacto, solo hago fotografías y disfruto mucho de lo que me rodea.